martes, octubre 25, 2005

Dosis de pastillas rojas.

Al acercarse el fin de año me da mucho sueño. La falta de descanso patrocinado por el trabajo y la gran cantidad de cumpleaños de los que nacimos en octubre, mezclado con el frío de estas fechas, me provoca un estado somnoliento agudo.

Yo recomiendo, para disfrutar de esta situación (cualquiera, sea cual sea, debe gozarse por lo menos un poco y debe de estar acompañada de musiquita) escuchar el Timeless de Goldie.

Para aderezar esta circunstancia, lo mejor es quitarse los zapatos, colocarse en el sillón preferido y echarse una colcha encima. El toque maestro lo da una copa de tinto, Jack Daniels o un Ron añejado naturalmente.

Así, es posible divagar con Morfeo y visitar mundos mezclados donde es posible platicar con Elvis y contemplar junto con él una tarde soleada en el río Senna -que no conozco personalmente-, y disfrutar al mismo tiempo de las nalguitas andantes de las parisinas. Claro, y de ahí pasar sin ton ni son a la casa abandonada de Bosques del Lago donde Massive Attack da un glorioso toquín.

Sé que mucha gente no recuerda lo que sueña, por lo mismo, no traen consigo a esta realidad de despiertos la intensidad de la noche. Bueno, no concientemente. Yo me emociono durante el sueño y muchas veces me doy cuenta de mi alteración porque no paro de moverme para desgracia de mi querida Fabiola, que a veces la encuentro con una pila de almohadas sobre la cabeza para aislarse de mi excitación.

Hay días que no recuerdo lo que sueño, pero dejo huellas muy claras de una sesión intensa. Al apretar la quijada, signo de gran presión, la muelas no dejan de dolerme el día siguiente. Por supuesto trato de recuperar la causa de tal tensión, pero la mayoría de las veces he fallado en encontrar entre mis archivos mentales.

Tal parece que los sueños sólo revelan lo que el subconciente quiere que sepamos. Por eso, trataré durante estos días de mucho letargo estar al pendiente sobre lo que me quieran decirme éstos. Será como tomarme pequeñas dosis de pastilla roja, como la que ingirió Neo y despertó en otro mundo. Supuestamente el real.

Sólo espero que la modorres no me gane en la oficina, porque seguro despertaría desempleado.

1 Comments:

Blogger Bato said...

De sueños, un experto, eso que ni que. Yo también me agoto en los sueños, solo que luego los recuerdo, y me da pena...(no sé de que, si finalmente es un sueño). Saludos. Te mando dos blogs, el mio, al que todavía casi no le pongo nada, y otro muy interesante, porque es la visión de otro lugar, desde los ojos de una niña distinta a la gente de ese lugar, su amor por los gatos, y como la gente del mundo a reaccionado a ello.
saludos

http://baghdadgirl.blogspot.com/

http://bato99.blogspot.com

2:35 p.m.  

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