Un hombre de hoy.
Jorge lleva tiempo con la mente atrofiada, como si estuviera ido, me dijo, ya que sentía una imposibilidad para efectuar cualquier cosa. “Pensar en muchas cosas a la vez no me permite actuar, igual que al no tener nada en que pensar. Los dos polos se juntan en un estancamiento mental del que no puedo escapar”- recordaba sus ansiosas palabras con pesar, ya que yo también lo he sentido.
“A veces me gustaría descansar de mí mismo, dejar el cuerpo por un lado y la mente por otro. Porque aunque quiera dejar de pensar para descansar, no puedo, lo único que hago es un ejercicio improductivo ya que me dedico a no hacer nada y sentirme un parásito”.
Sus palabras sonaban como pesos atados a sus tobillos, cuya carga era imposible de seguir soportando aun para quien lo escuchara.
“Ni cuando sueño puedo perderme de mí tanto como quisiera”, su angustia tocaba el límite. “No deseo pensar en la muerte, aunque ese es un camino seguro para separarme del cuerpo", continuaba, "por lo que sé, sólo una persona ha logrado recuperarlo, y me consta que yo no podré hacerlo porque ni de coña soy hijo de Dios”.
Escuchar esas palabras me tranquilizaron un poco a pesar de su desgracia, al menos ha decidido quedarse en esta dimensión. Como su amigo le he aconsejado diferentes métodos como tocar un instrumento, tomar alguna clase de lo que sea, hacer yoga, meditar o practicar algún ejercicio, esto para tratar de reencontrar el sentido de supervivencia. De hecho, pienso comenzar hacer caso a mis sugerencias, no quiero perderme al igual que a mi querido amigo, pero vamos, las posibilidades de tener una crisis es más alta de lo que creía. Y no soy el único expuesto.
El hartazgo de todos aquellos que no soportan ni su propia sombra va en aumento. Por si fuera poco, para ciertas personas como Jorge, la fe ha dejado de tener efecto desde que se incorporó a las filas de los producto de consumo. Bajo estás circunstancias, el pensar o descansar duele por no dejar de asociar de alguna forma el programa de moda, el grupo del momento o la fabulosa vida de cualquier mamarracho de la televisión.
Así está mi amigo, tratando de desmembrarse de toda esta mierda, pero cuando lo intenta es invariablemente invadido por mensajes banales y masivos a los que está expuesto cualquier persona de nuestra época.
La curiosos es que la lucha introspectiva de cada quien, pueden estar inconcientemente patrocinadas por productos que nos recuerdan que si nos los tenemos, merecemos ser los más desdichados, como Jorge.
“A veces me gustaría descansar de mí mismo, dejar el cuerpo por un lado y la mente por otro. Porque aunque quiera dejar de pensar para descansar, no puedo, lo único que hago es un ejercicio improductivo ya que me dedico a no hacer nada y sentirme un parásito”.
Sus palabras sonaban como pesos atados a sus tobillos, cuya carga era imposible de seguir soportando aun para quien lo escuchara.
“Ni cuando sueño puedo perderme de mí tanto como quisiera”, su angustia tocaba el límite. “No deseo pensar en la muerte, aunque ese es un camino seguro para separarme del cuerpo", continuaba, "por lo que sé, sólo una persona ha logrado recuperarlo, y me consta que yo no podré hacerlo porque ni de coña soy hijo de Dios”.
Escuchar esas palabras me tranquilizaron un poco a pesar de su desgracia, al menos ha decidido quedarse en esta dimensión. Como su amigo le he aconsejado diferentes métodos como tocar un instrumento, tomar alguna clase de lo que sea, hacer yoga, meditar o practicar algún ejercicio, esto para tratar de reencontrar el sentido de supervivencia. De hecho, pienso comenzar hacer caso a mis sugerencias, no quiero perderme al igual que a mi querido amigo, pero vamos, las posibilidades de tener una crisis es más alta de lo que creía. Y no soy el único expuesto.
El hartazgo de todos aquellos que no soportan ni su propia sombra va en aumento. Por si fuera poco, para ciertas personas como Jorge, la fe ha dejado de tener efecto desde que se incorporó a las filas de los producto de consumo. Bajo estás circunstancias, el pensar o descansar duele por no dejar de asociar de alguna forma el programa de moda, el grupo del momento o la fabulosa vida de cualquier mamarracho de la televisión.
Así está mi amigo, tratando de desmembrarse de toda esta mierda, pero cuando lo intenta es invariablemente invadido por mensajes banales y masivos a los que está expuesto cualquier persona de nuestra época.
La curiosos es que la lucha introspectiva de cada quien, pueden estar inconcientemente patrocinadas por productos que nos recuerdan que si nos los tenemos, merecemos ser los más desdichados, como Jorge.
1 Comments:
epistemolomercadología. Esa es la cuestión. cuál es el origen de lo que somos, de lo que quermos, de lo que pensamos? pero sobre todo, quien es quien realmente nos los vende? Profundo don pirata, usted se metió en un tema profundo, que la neta, me da miedo-. sds
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